No son sólo unos pendientes. Es un modo de reivindicar, de hacer valer la sexualidad femenina y nuestro cuerpo.
Conocer, enseñar, y reivindicar el clítoris es una cuestión de justicia. Poner en valor el clítoris, es ponernos en valor a nosotras mismas. Es una forma de reivindicar nuestro placer, nuestra sexualidad con una fisiología, una anatomía y funcionamiento propio, y no dependiente de la sexualidad de otro.
Aparte de la reivindicación y la sororidad a la que creo que estamos obligadas (y que no entiendo fuera de la consciencia de la diversidad y sin la base del feminismo) animo a que cada mujer explore su cuerpo, se mire y se mime de la manera que crea oportuna.