Si no estás aquí por primera vez, entonces ya sabrás que soy matrona. En concreto: enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Van muchos años ya trabajados en el sector y viendo casos de mujeres con depresión postparto que podrían haberse evitado, o al menos, detectado mucho antes, si hubiera una verdadera formación e información para las madres (y quizás, sobre todo, para las familias).
Vivimos en unos años en los que se habla de feminismo constantemente (y así tiene que ser) y de conciliación familiar, de cómo el padre debe volcarse más en las tareas de hogar y de la familia. Pero, ¿a dónde estamos llegando? ¿se están viendo resultados? Hablemos de depresión postparto, de cómo nos afecta la sociedad, y de qué factores son importantes a tener en cuenta en este trastorno.
Qué es la depresión postparto
Hoy vamos a hablar de la depresión postparto, de sus causas, los factores de riesgo, y las posibles soluciones. Pero, para empezar, tenemos que destacar que la maternidad es una experiencia muy personal, cada una lo vive a su manera, y todas las situaciones y contextos son diferentes y únicos.
Pero, cuando escuchamos hablar de la depresión postparto, ¿a qué se refieren? La definición médica nos indica que se trata de un trastorno del estado de ánimo que nos afecta tras dar a luz. Es bastante habitual sentir emociones distintas, incluso no reconocer alunas de las emociones que me te invaden después de tener a tu bebé. A menudo, tristeza, sentimiento de soledad, o agobio por no cumplir con expectativas, o miedo por no hacerlo suficientemente bien. Tenemos un hijo y esperamos todo eso que hemos ido escuchando a lo largo de nuestra vida (en las películas, por parte de nuestras madres, por las vecinas, …). “Vas a sentirte realizada como mujer”, “qué alegría tan grande después de tanto tiempo buscándolo”, “va a ser el mejor día de tu vida”. Muchísimas expectativas que, a veces se cumplen, pero otras veces no. Pero lo que hay que tener claro es que cuando hablamos de depresión postparto, estamos hablando de un diagnóstico médico que sobrepasa todos estos sentimientos que son habituales, incluso normales y que la depresión postparto es algo que nos impide el desarrollo de nuestra vida con normalidad.
Y no pasa nada por sentir miedo, angustia o desmotivación tras el parto. Hay que ir aprendiendo a reconocer qué es lo que estamos sintiendo para poder aprender a dejar de sentirlo. Y, obviamente, escribirlo es mucho más fácil que ponerlo en práctica. Reconoce tus sentimientos, habla de ello con alguien. Habla con otras madres que están en situaciones parecidas, busca apoyo emocional para las primeras semanas tras el parto que son las más duras.
El estigma de la salud mental
Todas las que van a ser madres o ya lo son, han tenido miedo muchas más veces de lo que se han permitido reconocer. Y es que, no es nada frecuente que una mamá pueda expresar abiertamente cómo se siente. Ya sea porque ni siquiera tiene tiempo para quejarse, Y además, a esto hay que sumarle, el gran estigma hacia la salud mental. La ansiedad, la depresión,…son difíciles de asumir en una sociedad como la nuestra. ¿No crees?
¿Cómo puedes decir que no estás contenta si acabas de tener un hijo? Tememos esa pregunta. ¡Qué mala madre soy! Debería estar motivadísima, y sin embargo no sé que me pasa.
Y, ¿qué hacemos normalmente? Callar. Por culpabilidad. Para evitar parecer una mala madre. Pero hay que acabar con eso. Hay que hablar. Porque de lo que no se habla, no existe. Esto ayuda a que la enfermedad se mantenga escondida, y se alargue.
Síntomas de la depresión
Entonces, que nos quede claro, que algunos de estos sentimientos serán normales tras dar a luz. Pero , ¿cómo podemos sospechar una depresión postparto que sería ya el extremo patológico de todo esto?
Los síntomas que pueden aparecer son:
- Llanto incontrolado y sin razón aparente.
- Tristeza y falta de ánimo e interés por la vida.
- Cansancio y falta de energía.
- Problemas para dormir. O, en otros casos, dormir demasiado y no querer salir de la cama.
- Sentir angustia, ansiedad, irritabilidad. Todo te sienta mal, y sientes una gran incomprensión.
- Mostrar una desconexión y desinterés con el bebé.
- Pérdida del apetito.
Si sientes estos síntomas, es probable que estés sufriendo una depresión. Y, lo primero, deberías saber que no pasa nada, que hay solución. Así que, acude a tu médico o a tu psicólogo, que no vas a ser la primera en acudir por estos motivos. Además, hay grupos de terapia y de ayuda para madres. Todo lo que sea hablar, reconocer sentimientos, poner en común, es maravilloso para tu salud mental.
Depresión postparto o tristeza postparto
El 80% de las mujeres, tras parir, siente tristeza. Es lo que se conoce como baby blues, o Maternity Blue. No es lo mismo que la depresión. La tristeza postparto dura, aproximadamente, una o dos semanas, y sus síntomas desaparecen por sí solos. Mientras que, durante la depresión, los síntomas se acentúan y se alargan en el tiempo.
Causas de este estado de ánimo
Aunque no haya unas causas claras y concretas sobre la depresión postparto, sabemos que hay varios factores que pueden aumentar las posibilidades y afectan directamente a que esta aparezca.
Para empezar, el cambio físico. No solo el verse a sí misma diferente (que esto, para muchas, puede resultar chocante). Si no también el cambio físico que no se ve. Las malditas hormonas. Nuestro cuerpo está alterado, y esto influye a nuestro estado anímico. A lo mejor hoy eres la persona más feliz del mundo y mañana no hay quien te hable. Ten paciencia porque, en algún momento, acabará pasándose. Como ya hablamos en el post Algunas verdades sobre el postparto, puede que te dure 10, 20 días o incluso meses. Depende de cada mujer.
Y, no todo es el cambio físico y hormonal. Hay otros factores de riesgo que aumentan la posibilidad de la depresión postparto: el consumo de alcohol y otras drogas durante el embarazo -que también afecta gravemente a la salud del bebé-, que ya hayas sufrido depresión en otro momento, que el embarazo haya sido un accidente (porque tendrás sentimientos encontrados hacia la situación), o que no se reciba el apoyo familiar esperado. Este punto final es importante: el apoyo familiar, por no hablar del apoyo del padre. Si tu pareja, -o el padre, aunque no sea tu pareja- no se implica como tú lo haces, o como tú esperas, va a ser un factor negativo.
Ya sabrás de sobra que tener un bebé es un viaje de ida, sin billete de vuelta. Y, aunque lo llevemos haciendo durante toda la historia del ser humano (como es lógico), seguimos sin educar sobre este asunto. No nos preparan para ser madres, ni padres. No nos enseñan ningún tipo de educación emocional, ni a gestionar nuestros sentimientos. Así que, no es de extrañar que 1 de cada 5 mujeres que tiene un hijo, sufra una depresión postparto.
La conciliación familiar en esta situación
Aunque hay causas biológicas (como hemos dicho antes: las hormonas, o la disposición genética de cada una), las causas sociales y culturales son las más importantes. Si se combinan los dos, es normal que seamos una bomba a punto de estallar.
Cuando somos madres, disponemos de mucho menos tiempo libre, nuestro tiempo de ocio queda reducido prácticamente a la nada, lo que nos va a causar malestar. Hay que ser paciente. Además, no vamos a descansar bien. Nuestras relaciones laborales y sociales van a cambiar también. Parece que, durante un tiempo, va a ser el único tema de conversación.
Nos superan las responsabilidades, y en algunas ocasiones, también vamos a sentirnos inseguras, poco preparadas, dudosas de si somos buenas madres o no. Bueno, y quien no se haya sentido así, que tire la primera piedra.
Y aquí entra en juego la famosa conciliación familiar. Se espera de nosotras que seamos las mejores madres y que sigamos siendo igual de productivas en nuestra vida laboral. Se nos exige y a veces no llegamos a ser esas superwoman que esperan que seamos. Te dejamos aquí un artículo del blog de las compañeras del Club de MalasMadres, que nos habla de este tema.
Todo esto, si no sabemos gestionarlo bien, puede conducirnos a una depresión postparto. Por eso es de vital importancia aprender a hablar, a gestionar las emociones, a saber que todas pasamos por cosas parecidas, que todas dudamos de si lo estamos haciendo bien o no.
El papel de los padres
Los hombres o parejas de las mujeres que han dado a luz, se deprimen también. Pero, como desde siempre nos han educado emocionalmente (e ineficazmente) de manera diferente, ellos también tienen otra manera de mostrar los síntomas. No vamos a generalizar. Pero hay casos en los que, cuando un padre sufre en sus carnes todo lo anterior (falta de tiempo, falta de sueño, falta de vida social…), tienden a abandonar, a involucrarse menos. Y es un bucle infinito, porque esto hará que nosotras tengamos que implicarnos el doble, y nuestro malestar aumentará.
Por eso es importante hablar con la pareja, ser cercanos y cariñosos. Se sabe que, si el padre se involucra, hay un efecto protector sobre los efectos negativos de una madre con depresión.
El sistema de salud y la depresión postparto
Tu matrona o tu médico deben conocer que la depresión postparto es algo a descartar tras dar a luz, y más si hay antecedentes en otros partos, en la familia o antecedentes personales de ansiedad o depresión. Es importante estar pendiente de nuestra salud emocional, y cuidarla igual que la salud física. Y es que, en España, y el resto de países occidentales, se le da mucha más importancia a la salud física que a la mental.
Por lo que, si no sabes cómo afrontarlo, o nadie te pregunta, pide ayuda a profesionales de la salud mental (un psicólogo, un terapeuta, un consejero) con el que puedas comenzar una terapia. El diálogo es fundamental. Tanto con un profesional como con un amigo cercano, un familiar, tu pareja o con nosotras.
Con esto, terminamos. Si es tu caso, el caso de una amiga cercana, coméntanos y cuéntanos tu historia, así podremos ayudarnos entre todas, y sentirnos menos solas.