Quizás el tema de la preservación de la fertilidad y la congelación de óvulos te suene a chino, pero déjame que te cuente y que te ponga en situación.
Supongo que una de las cosas que más anhela la humanidad es conocer el secreto de la eterna juventud. Hacer que el tiempo se pare y no veamos pasar los años, y con ellos todo aquello que nos vincula a la juventud. Y algo que va vinculado inherentemente a unos años muy concretos de nuestra vida junto a la juventud es la fertilidad.
La vida fértil empieza con la primera menstruación y acaba con la menopausia. Esto suponen alrededor de 35 años en los que nuestro cuerpo es capaz de reproducirse. Aproximadamente durante un tercio de nuestra vida guardamos este potencial fértil, a veces sin ser del todo conscientes de que esto tiene un tiempo, y que este pasará.
Sabemos a ciencia cierta que el potencial fértil va a ir en declive asociado a un factor muy importante y del que no podemos escapar, que es la edad. A partir de los 35 años, y más a partir de los 40 la capacidad para quedarnos embarazadas disminuye bruscamente. En cambio, puede pasar, y de hecho pasa habitualmente, que raramente antes de esa edad una mujer se plantee la maternidad. Porque la vida está complicada, amigas. Para tomar la decisión de ser madres se necesita estabilidad laboral, estabilidad económica y quizás sentimental. Y muchas mujeres no encuentran todos estos factores hasta bien llegada la cuarentena.
Aunque es frecuente pensar que quedarse embarazada es fácil una vez se toma la decisión, la realidad es que no lo es tanto. Son muchos los factores que se deben dar para que un embarazo se produzca. Y la cantidad de óvulos que nos quedan y la calidad de los mismos son factores a tener en cuenta. Veo muchas veces mujeres y parejas frustradas ante la idea de que cuando han decidido tener hijos, todo esto no acompaña.
Quizás sería bueno que explicaremos a la juventud que la fertilidad no es eterna, que la fertilidad no dura para siempre.
¿Por qué baja la fertilidad?
Tienes que saber que la reducción de la capacidad reproductiva va a ocurrir de forma natural. Es algo que va a ir ligado al paso inevitable del tiempo. Es verdad que hay factores individuales que van a acelerar más o menos este proceso. Además hoy sabemos que hay patologías que pueden intervenir en esta fertilidad.
Enfermedades como la endometriosis, intervenciones quirúrgicas en el tejido ovárico, o bien por ejemplo enfermedades que requieren extirpación de los ovarios o tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia, donde la posibilidad de ser madres se ve coartada radicalmente.
Preservación ovárica. Congelación de óvulos.
En estos tiempos, seguro que has oído hablar de la preservación de óvulos. ¿Esto es tan futurista como suena? Porque si a mi me hubieran dicho hace 25 años que se podrían guardar óvulos para usarlos más adelante, quizás hubiera pensado que se trataba de una película de ciencia ficción.
Sin embargo, esto hoy en día es posible.
La preservación de la fertilidad es posible gracias a la vitrificación de óvulos o también llamado comúnmente congelación de óvulos. Mediante la extracción de los óvulos y su conservación a muy baja temperatura, se consigue tener esos óvulos disponibles cuando la mujer lo necesite.
Esto significa que puedes tener óvulos de tu “yo de 25 años” para usarlos cuando tengas 40. Alucinante, ¿verdad?
Si a mi me dieran a elegir, preferiría que la sociedad se adaptara a las características biológicas de la reproducción. Querría que un a mujer con 30 años pudiera tener una vida labora, y una carrera profesional que pudiera compatibilizar sin problema con la maternidad. Querría que las condiciones económicas y de vivienda fueran mejores a una edad donde biológicamente es fácil tener hijos. Pero desgraciadamente esto ahora mismo no es posible, así que la opción de congelar óvulos puede que te solucione este problema.
Si esto que te acabo de contar te interesa y lo ves interesante para ti, consulta en clínica de fertilidad, especializadas en este tema.
