Hablar de sexualidad femenina implica hablar de feminismo. Yo no entiendo la sexología sin un enfoque de género que elimine la gran desigualdad de trato de la sexualidad de las mujeres. Porque nada ha tenido un trato más desigual en la historia de la medicina.
Hablar de diferencias entre sexos no significa que debamos tratar estas diferencias de manera desigual. No podemos elegir las características con las que nacemos. Nuestro sexo es, sin duda, algo que no elegimos. Pero si elegimos cómo trata la sociedad, la medicina y la cultura las características de cada sexo.
Al hablar de sexualidad, desde luego hay que hablar de desigualdad. No se ha tratado, ni se trata de igual forma la sexualidad masculina, que la femenina. La nuestra siempre ha estado supeditada a la masculina. Siempre se ha visto la sexualidad femenina como un complemento a la masculina. La sexualidad que la ciencia ha estudiada es una sexualidad falocéntrica, androcentrista y heterosexual.
Nuestra realidad no ha estado representada por la ciencia.
Uno de los más claros ejemplos, por no decir el mayor ejemplo, es al hablar del clítoris. El clítoris es el órgano por excelencia del placer de la mujer. Es un órgano que no sirve para nada más. No tiene ninguna otra función. Ya desde el siglo XIX se sabe que el clítoris no tiene ninguna repercusión en la reproducción.
Así que…¿Qué sentido tenía seguir estudiándolo? ¿Acaso el placer de la mujer tiene algún interés?? Lo habría tenido si la comunidad científica estuviera formado, en ese momento, por mujeres. Pero las mujeres en el s. XIX no tenían ni voy ni voto, ni mucho menos derecho a investigar y hacer aportaciones.
Por lo tanto no es hasta el s. XX que el clítoris cobra de nuevo importancia. No porque tenga valor para la reproducción, sino porque la tiene para el propio placer, y por tanto para la sexualidad de la mujer en sí misma.
Son las mujeres, porque somos las principales interesadas, las que están reivindicado la presencia del clítoris. Porque lo justo es que tengamos toda la información, aportaciones de la ciencia y el reconocimiento de este maravilloso órgano.
En algunas culturas la ablación, la eliminación de este órgano, representa un atentado contra la sexualidad femenina en toda regla. En nuestra sociedad, es una ablación cultural y social la que sufre el clítoris pues permanece ignorado.
¿Acaso a ti te lo enseñaron en la escuela? ¿Te lo enseñaron en el instituto? ¿O fue en la Universidad? No, ¿verdad?
Es de justicia, un derecho y una necesidad hablar del clítoris. Hablar de sexualidad en términos de placer y no solamente vincular la salud sexual al embarazo, las enfermedades de transmisión sexual, ni tan siquiera a las dificultades sexuales.
Es de vital importancia empezar a hablar de la sexualidad femenina desde el placer. No el placer de otros sino de SU placer. De nuestro placer. Del de cada una, del de todas. Respetando y dando valor a las diferencias interpersonales. Exigiendo a la ciencia y a la sociedad su reconocimiento.
Para mi, el clítoris representa toda esta reivindicación.
“La mujer debe dejar de ser objeto de deseo, para ser sujeto de deseo”.
María Lamerias